Mili Matarazzo representó a la logopedia neonatal en el debate cara a cara de las III Jornadas de la Anquiloglosia por Frelac y LactApp, abordando ética, frenectomías y acompañamiento realista a familias.
Las III Jornadas de la Anquiloglosia, organizadas por Frelac y LactApp, reunieron a profesionales de la lactancia, la logopedia, la fisioterapia, la medicina perinatal y la atención al recién nacido en un evento que cada año toma más relevancia. Las jornadas, celebradas los días 21 y 22 de noviembre en Madrid, son un espacio clave para debatir sobre el abordaje actual del frenillo lingual, su impacto real en la lactancia y los retos clínicos y éticos que rodean la intervención.
Este año, Mili Matarazzo, logopeda neonatal e IBCLC, con una trayectoria extensa acompañando lactancias complejas, bebés prematuros y familias que atraviesan decisiones difíciles en torno a la alimentación, participó en el formato “mano a mano”. Un debate que compartió con Nazaret Olivera, Comadrona en la Ola. Este espacio planteó preguntas directas, incómodas y urgentes, que debían responderse en tan solo 2 minutos, obligando a cada profesional a sintetizar su perspectiva de forma ética, clara y fundamentada.
Un formato dinámico para preguntas controvertidas: el “mano a mano”
El objetivo del formato era invitar a la reflexión desde la agilidad: ¿qué defiende realmente cada profesional cuando no hay tiempo para matices largos? ¿Cómo se expresa la ética clínica cuando hay que resumirla en pocos segundos?
Mili respondió con firmeza, honestidad y sensibilidad, poniendo en valor no solo el conocimiento técnico, sino la responsabilidad profesional y la necesidad de acompañar a las familias con verdad, prudencia y realismo.
¿Abusamos de las frenectomías? La respuesta de Mili Matarazzo
Ante esta primera pregunta, Mili no dudó:
Sí, abusamos.
Pero aclaró inmediatamente que el abuso no está en la indicación de la frenectomía, sino en algo todavía más profundo: la falta de honestidad que rodea el proceso.
Falta de evidencia sólida
Mili señaló que actualmente no existe suficiente evidencia robusta para afirmar que la frenectomía mejora la lactancia en todos los casos. Hay bebés que sí mejoran, bebés que mejoran parcialmente y bebés que no muestran cambios significativos. Por eso, defender la intervención como “la solución” es científicamente incorrecto y éticamente inapropiado.
No se debe prometer la resolución de la lactancia
Uno de los mensajes más contundentes de Mili fue la importancia de evitar promesas irreales:
“Nadie debería decir a una familia que la frenectomía salvará la lactancia”.
El corte puede formar parte del plan, pero nunca es un plan por sí solo. Depende del bebé, del contexto clínico, de la diada, del acompañamiento profesional y de la capacidad de la familia para sostener el proceso.
Una decisión ética requiere equipo y preparación
Mili insistió en que la decisión de realizar una frenectomía debe basarse en:
- Valoración interdisciplinar real, no aislada.
- Participación de profesionales formados en lactancia, logopedia neonatal y anatomía.
- Preparación previa del bebé y la familia.
- Rehabilitación posterior garantizada, porque liberar un tejido no reorganiza su función si no se acompaña adecuadamente.
- Seguimiento clínico para evaluar evolución, compensaciones y posibles dificultades asociadas.
Documentación rigurosa y transparencia
Para Mili, la ética profesional también pasa por la trazabilidad. Por eso defendió la importancia de:
- Informes escritos donde consten indicaciones, diagnóstico y criterios utilizados.
- Fotografías previas y posteriores que documenten la intervención.
- Consentimiento informado completo, que incluya riesgos, expectativas realistas, alternativas y posibles escenarios postprocedimiento.
Su postura fue clara:
“No abusamos solo del corte; abusamos de hacerlo sin todo lo que debería rodearlo”.
¿Qué pasa si la lactancia ‘no se salva’? Una pregunta que incomoda… y que Mili respondió con verdad
La segunda pregunta del debate abordaba uno de los temas más invisibilizados en la atención a familias: el fracaso o la imposibilidad de sostener la lactancia, incluso después de intervenciones, asesoramientos y acompañamientos profesionales.
“Ocurre más de lo que se reconoce”
Mili comenzó desmitificando la idea de que todas las lactancias pueden salvarse.
No es cierto.
Hay lactancias que, por múltiples motivos, no continúan, y eso no es culpa de las familias ni del profesional. Es una realidad clínica.
Nombrarlo es el primer acto de acompañamiento ético.
El seguimiento posterior es esencial
Cuando la lactancia no se sostiene, el papel del logopeda y del equipo clínico no termina. Se vuelve incluso más importante.
El acompañamiento profesional debe incluir:
- Selección de tetinas adaptadas al desarrollo motor-oral, respiración y necesidades del bebé.
- Modelos de alimentación seguros (biberón, vaso, cucharitas, técnicas mixtas).
- Apoyo al desarrollo del sistema estomatognático, asegurando que el bebé no desarrolle patrones compensatorios o disfuncionales.
- Prevención de dificultades futuras en succión, masticación y deglución.
Mili recordó que estos procesos suelen quedar fuera del radar cuando se restringe la atención únicamente a la lactancia, cuando en realidad forman parte del bienestar global del bebé.
El duelo de la lactancia: no es un proceso sanitario
Uno de los aportes más valiosos de Mili fue introducir un concepto que rara vez aparece en un congreso técnico:
La parte emocional de la lactancia no se resuelve con protocolos sanitarios.
Cuando una lactancia no continúa, muchas familias atraviesan un duelo que requiere un acompañamiento simbólico, no clínico. Por eso, Mili habló de herramientas como:
- Rituales de despedida.
- Escribir una carta a la lactancia que no pudo ser.
- Encender una velita en señal de cierre.
- Crear una joya con leche materna (collar, pulsera) representando la etapa vivida.
Son formas de honrar la experiencia, dar espacio a las emociones y permitir que la familia avance sin culpa ni sensación de fracaso.
Un mensaje que deja huella: ética, realismo y acompañamiento humano
La intervención de Mili Matarazzo en las III Jornadas de la Anquiloglosia ofreció una mirada que a menudo falta en los debates técnicos: la importancia de la humanidad en la práctica clínica.
Su enfoque —centrado en la ética, el realismo, la transparencia, la evidencia y el acompañamiento emocional— refleja el espíritu de la logopedia neonatal que promueve la AELNL: una práctica que sostiene, acompaña y respeta los procesos reales de bebés y familias.
¿Quieres profundizar en la logopedia neonatal desde una mirada ética, interdisciplinaria y actualizada?