Terapia con hermanos desde la logopedia neonatal

Como logopedas, cuando se trabaja con niños lo habitual es que defendamos el hecho de que siempre un miembro de la familia debe permanecer en la sesión para recibir un feedback y observar lo que hacemos y posteriormente aplicarlo en casa. Así adquieren habilidades específicas según las necesidades del niño favoreciendo el tratamiento integral y la generalización de los aprendizajes.

En la clínica de logopedia pediátrica es muy frecuente que en épocas estivales acudan casi todos los miembros de la familia a la sesión y es aquí cuando aparecen los hermanos. ¿Pero qué pasa cuando somos logopedas neonatales y atendemos a recién nacidos o estamos dentro de la unidad neonatal?

En España, lo habitual hasta ahora es que las unidades neonatales no permitan el acceso a los hermanos como parte de las visitas aceptadas. Hay algunos hospitales puntuales que lo permiten o que lo permiten en momentos concretos y esto es una gran fortuna porque servirá de ejemplo para otras unidades de otras comunidades autónomas.

En clínica, mi experiencia es que los papás dejen a los hermanos mayores al cuidado de otra persona mientras acuden con más tranquilidad y calma a las consultas de valoración y si necesitan de tratamiento.

¿Qué beneficios tendría potenciar la posibilidad de que los hermanos sean parte de los cuidados del recién nacido prematuro dentro y fuera de la unidad neonatal? ¿Qué es lo importante desde la logopedia neonatal?

Los hermanos es como tener un amigo en casa toda la vida. Es un amigo que no se elige por lo que la relación puede ser más complicada, pero sin embargo es perfecto dentro de su imperfección. Considero que, para cualquier niño y su desarrollo, un hermano es una gran suerte.

Un hermano consciente de la espera de otro bebé puede compartir o no la ilusión del embarazo, pero sin duda mantiene la curiosidad innata en el momento del nacimiento por conocer a esta nueva criatura. Cuando el bebé es ingresado en la unidad neonatal, es difícil para las familias gestionar la información y explicar a los hermanos mayores qué ha pasado, por qué el bebé no está y cuándo va a venir a casa. Sobre todo, porque es información que los papás desconocen. Incluso en cuanto al tiempo de estancia, los profesionales no sabrían dar respuesta.

La familia de un bebé ingresado en la unidad neonatal pasa por un momento vulnerable donde, sostener además uno o más hermanos mayores puede ser un verdadero reto.

Es ideal que el logopeda neonatal pueda preguntar a la familia si el bebé tiene un hermano mayor y quizás podamos elaborar algún material impreso o comentar con las familias cómo manejar la comunicación según la edad del mismo para facilitar la comprensión de la situación. Existen numerosos cuentos en área de prematuridad que pueden ser una hermosa propuesta para las familias.

Cuando el bebé llegue a casa tras su estancia, es posible que un hermano mayor esté ansioso por poder cogerlo en brazos y darle de comer. En el caso del bebé prematuro o con patologías respiratorias, para los papás puede originar grandes miedos por los contagios víricos que esta nueva convivencia puede traer consigo. Ayudar a los hermanos mayores a hacerse un buen lavado de manos y (más aún después de la etapa Covid) quizás tener la posibilidad de usar mascarilla si la familia está más tranquila puede ser una opción.

Cada familia organizará la convivencia en las primeras semanas tras el ingreso hospitalario como considere para su bienestar físico y mental. El logopeda debe acompañar en el seguimiento y procurar que todo el ambiente familiar esté cómodo con las decisiones y haya una gestión desde el bienestar. Si no, siempre podremos proponer opciones e incluso derivar a psicólogo perinatal si lo consideramos necesario.

Cuando la familia decide convivir al completo, quizás se presente la oportunidad de enseñar a un hermano mayor a comprender la comunicación del bebé y alimentar al prematuro.

No se me ocurre imaginar qué humano más cálido y sensible tras aprender señales de estrés para poner en alerta a la familia y dar soluciones. Un niño formado en comunicación gestual del bebé prematuro es un niño que apagará la luz, que pedirá silencio si ve que su hermanito bebé frunce el ceño, que comprenderá que su hermanito necesita un descanso durante el biberón… esa es mi experiencia y creo con mucho amor en que es el camino para la unión familiar tras una época tremendamente vulnerable como es la estancia en la unidad neonatal y la llegada inesperada del pretérmino.

Los hermanos son todos diferentes, con sus características, distintas personalidades, comportamientos y formas de resolver las cosas, todo un mundo por explorar. Es enriquecedor ver como interactúan entre ellos y con los padres, el mayor adopta un rol del cuidador que muchas veces puede preocuparnos, pero también creo que es conveniente poner en valor y honrar a este pequeño-adulto que decide por motivación propia aprender para dar servicio a otro. La observación de las familias en la clínica, ver como interactúan entre ellos dan lugar a crear muy buenas pautas para aplicar en la vida diaria desde la logopedia neonatal. El tratamiento evoluciona muy rápido y con las relaciones familiares van a tener una base más fuerte porque todo el esfuerzo tendrá una compensación más grande.

Terapia con hermanos desde la logopedia neonatal

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